Su núcleo urbano se desarrolla a ambos lados de un arroyo que recorre un hondo valle. Numerosas casas señoriales se reparten por todo el casco urbano, como la Casa del Indiano, del siglo XVIII, o la del Marqués de Solana. Su iglesia parroquial está dedicada a San Andrés y fue construida entre los siglos XVI al XVIII.
La ermita de San Torcuato y Santa María conserva restos de su primitiva construcción románica en el ábside.